El presidente Gustavo Petro ha puesto sobre la mesa una consulta popular con el objetivo de que los colombianos decidan sobre cambios estructurales en el país. La propuesta incluiría una serie de preguntas clave que podrían definir el rumbo de su gobierno y abrir la puerta a reformas profundas en el sistema político y económico.
El mandatario ha manifestado que la consulta servirá para que el pueblo tenga un papel más activo en la toma de decisiones, en línea con su idea de una democracia participativa. Aunque aún no se conocen las preguntas exactas, se espera que aborden temas como el Congreso, el sistema de salud, las reformas laborales y la distribución de la riqueza.
El anuncio ha generado una fuerte controversia política. Mientras sectores afines al gobierno celebran la iniciativa como una forma de fortalecer la soberanía popular, la oposición advierte sobre los riesgos de un uso político de la consulta para presionar reformas que no han avanzado en el Congreso.
Para que la consulta tenga validez jurídica, el proceso debe seguir un trámite legal en el Congreso y la Corte Constitucional, además de contar con una participación significativa en las urnas. A pesar de los desafíos, Petro insiste en que es el pueblo quien debe definir el futuro del país, reafirmando su intención de avanzar con el proyecto.

